Casa de María Andrea
A esta casona con ribetes de palacio la llamaron, y hay quienes, tal vez por la fuerza de la costumbre, siguen todavía llamándola Casa de María Andrea.
Aún para los más viejos orensanos, María Andrea viene a ser un personaje casi mítico o legendario. Hasta cierto punto, algo así como la Mari-Castaña de nuestro viejo y "perdurable" Orense. Al fin un protocolo notarial, que no tan viejo como pudiera creerse, ha venido a desvelarnos el misterio.
En dicho testamento figura una cláusula que por si sola viene casi a resumir la historia de este curioso palacio, y nos da un poco de luz sobre la personalidad de la tan sonada María Andrea, a la vez que nos explica, en cierto modo, por qué el nombre de una humilde mujer del pueblo prevaleció ante el de un viejo y honrado linaje.
La referida cláusula nos dice textualmente: "Item digo que en atención a la fidelidad y mucho que ha sufrido el año nueve con los Franceses mi criada mayor María Andrea Rodríguez, por esto, y no por otro motivo, le dejo la casa en que habito y compré a los herederos del capitán Dn. Joseph Santana, por los días tan solamente de su vida, y a su fallecimiento pasa al Hospital de Sn. Roque de esta ciudad".
Vino la desamortización; había muerto María Andrea, y la casa pasó al Estado para ser vendida en pública subasta.
El palacio que la novilísima familia de los Armada había levantado sobre antiguo solar en el Eirociño dos Cabaleiros queda, al fin, convertido en una casa más de la vecindad. Pero todavía hoy su gracioso pórtico con balconada, el arco de medio punto en su fachada, coronado con un espléndido escudo, y los arcos coloniales de algunas de sus ventanas, en medio de tanta construcción fea o anodina, mantiene aún su señorío en el antiguo Eirociño dos Cabaleiros.
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